Los sistemas de ventilación forzada en viviendas funcionan introduciendo aire forzado del exterior hacia el interior de la vivienda consiguiendo que dentro de la casa se forme una presión positiva que expulsa el aire que cargado de humedad.
Los sistemas de ventilación de doble flujo o VMC, puede llegar a renovar el aire de una vivienda de unos 120 m2 entre 3 y 4 veces al día.
Para ello, el sistema de ventilación forzada contiene un sistema de precalentamiento de aire que se activa o desactiva al indicarle la temperatura mínima exterior con lo que no introduciremos aire frío en exceso dentro de la vivienda; con un funcionamiento continuo durante todo el día.
Una de las ventajas de instalar ventilación forzada en la vivienda puede ser la posibilidad de incluir un recuperador de calor. El recuperador de calor es un aparato que permite aprovechar el calor contenido en el aire de extracción para pre-acondicionar la renovación del aire.