Una caldera de pellets es semejante a una chimenea de leña convencional, aunque en lugar de leños, la caldera de pellets quema biomasa, como pueden ser los gránulos, diminutos cilindros de desechos de madera, o cascarillas de aceituna. Su capacidad térmica le permite calentar múltiples áreas de una residencia.
Una estufa de pellets es semejante a una chimenea de leña clásica, pero en lugar de troncos, la estufa de pellets quema biomasa, ya sean huesos o cilindros de madera (pequeñas barras cilíndricas elaboradas a partir de restos compactados de madera, con diámetros de 6 a 8 mm y longitudes que oscilan entre 5 y 40 mm). Ambos tipos de combustible son respetuosos con el medio ambiente: los huesos son obtenidos del proceso de extracción del aceite de oliva, mientras que los pellets pueden provenir de bosques gestionados de forma sostenible, donde cada árbol talado es reemplazado por uno nuevo, manteniendo así el equilibrio de CO2, o de desechos generados por la industria maderera y la explotación forestal.
Por lo general, un pélet de madera bueno presenta:
- Menos de un 10% de humedad.
- Resistencia mecánica superior al 97,5%.
- El contenido de partículas finas no excede el 1% o 2%.
- Los niveles de ceniza y azufre se encuentran alrededor del 0,7% y 0,05%, respectivamente.
- Los aditivos no deben superar el 2% en peso en condiciones de sequedad.
- Solo se aceptan como compactadores productos de biomasa agrícola y forestal que no han sido sometidos a tratamientos químicos.